Hace unas cuantas semanas, discutían a María que no sabía bailar porque no iba a baile (la extraescolar de la tarde). María y yo intentamos explicar "por activa y por pasiva" que eran cosas BIEN DISTINTAS. María se desesperaba. Vayas rabia! Como siempre las palabras servían de poco (o de nada). Hace unos días le dijimos a su madre que queríamos que María bailase para nosotros.
Una cosa es que en su casa no se puedan pagar las clases para ir a baile y otra cosa es que el baile forme parte de su día a día.
Y HOY MARÍA BAILÓ PARA NOSOTROS.
Baila, se retuerce, tiene una sonrisa siempre en la boca... ¡es precioso verla disfrutar así!
Su madre no dudó ni un momento regalarnos este momento. Y además, como sólo pueden hacer las madres, bailar con su hija delante DE TODA la clase.
¡MUCHAS GRACIAS!
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