La sala estaba distribuida en cuatro grandes zonas con puntos de referencia bien claros que requerían cambios de juego:
- zona de colchoneta, se ha convertido en un juego de cachorreo (así lo expliacaría Alicia Vallejo), en un juego de cuerpo a cuerpo. A mi me cuesta mucho permitir este juego y sin embargo es tan necesario como los otros.
- zona de salto con un par de conos y una pica. La peor diseñada, porque sólo permite salto. Poco a poco. Hay que observar mucho para generar escenario de juego potenciales.
- zona de telas colgadas en una cuerda. Hemos seguido dando cabida a colgar-descolgar y al juego de fuerza, como el que propusimos con cuerdas la semana pasada, pero se ha dado un juego más rico entre los que hemos observado están arrastrar,
envolverse, taparse, esconderse, convertirse en algún personaje.
- zona de equilibrio u obstáculos con bancos colocados en "ele", para provocar movimientos del tipo pasar por encima, a gatas, con salto, deslizarse, etc.
Fuerza, cuerpo a cuerpo.
Taparse, a medida que pasa el tiempo el juego turbulento lleva a un juego más centrado y relajado, empieza un juego más natural y propiamente JUEGO.
Los esenarios de juego que se crean, se mantienen durante todo el tiempo. Las profes están atentas a que cuando una tela ya no se usa, se coloca en la cuerda hasta que otro la descuelga e inicia un nuevo juego.
Muy interesante el juego entre hermanos, que continúa en el cole.
Las telas envuelven el espacio y cuando llegan a la zona de colchonetas permiten que el cuerpo y la fuerza alcance toda su plenitud.
Los bancos que cortan el recorrido para generar otros movimientos se ven en la sala como caminos u obstáculos para atravesar.
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