La clase de Pic y Puc

English is fun with Pat

viernes, 6 de mayo de 2016

VICTORIA TRAE SU VIOLÍN

Ayer no paró de repetirnos que un día traería su violín y entre converasiones bien distintas fue resolviendo sus dudas (de compartirlo pero los demás seríamos muy cuidadosos). Incluso leímos un poema de un grillo y de su violín. Y una y otra vez la dijimos que cuando ella quisiera. Esta mañana lo llevaba bien sujeto a su espalda y con una sonrisa de haber conseguido traele al cole.
(No es fácil hacerse entender por todos los mayores para conseguir lo que se quiere).

Nada más llegar no hemos tenido ojos para otra cosa. Ella ha esperado pacientemente a que se hicera el momento, a que todos dejásemos de revolotear y por fin nos sentásemos a ver su violín. Y al mismo tiempo estaba inmersa en una y otra conversación. A todos les ha llamado mucho la atención y algunos han podido verbalizar mejor que otros.

Lucas: Viene en una maleta-violín.
Lucas: Se lo va a poner aquí. Y señala al cuello. 
Victoria: No me suena un poco bien. Suena un poco mal. Pero bueno, no pasa nada.
Ya me estaba poniendo nerviosa, ¿cuándo lo van a sacar de la funda? Pues es que les ha costado una barbaridad. 
Ismael: Está ahí abajo. Indica por dónde abrirle.
Lucas: Aquí estan las partituras.
Me doy cuenta que además de la cremallera tiene una solapa. Se la señalo: ¡ahora sí!.
Victoria levanta la solapa y a la vez dice: Ahí van a poner mi nombre.
Lucas: ¿Te ayudo a abrirlo?
Ismael: Sigue abriendo.
A Sergio le falta tiempo para abalanzarse hacia el violín, ¡qué se podrá hacer con esto! debe estar pensando. Y Victoria le teme: Cuidado Sergio, que se rompe. Esta sola advertencia hace a Sergio distanciarse y no querer acercarse a él, sólo al final por fin viene y lo prueba, lejos de la expectación y con la tranquilidad de no ser juzgado de manazas.
Victoria: Lo vamos a ver y os enseño.
Ismael: ¿Para qué es eso?  
Lucas: Para tocar. Así: ñin, ñin, ñin. Y hace el gesto del violinista delizando el arco.
Ismael: Yo quiero ver cómo se toca.
Lucas: enséñanos.
Victoria: suena un poco raro.
Kendra: pontelo en el hombro y luego haces así con el arco. Repite el gesto de Lucas.
Victoria se coloca el violín y dice: Arrastramos el arco así con el violín. Aquí, en la barbilla. Así, como cortando con un cuchillo.
 
 Todos los que han querido han ido probando.
A Kendra no la salía muy bien y tampoco se dejaba llevar. Otros clamaban probar.
Julia: Lo intento yo.
Ismael: Lo intento yo.
Kendra: Pero yo no he probado.
Ismael: Que así no es. Así no te enseña Victoria.
Y la suerte de que yo sólo coja notas es que puedo darles la posibilidad de autorregularse como grupo.En este mismo diálogo lo siguiente que pasa es que Martina dice: Mi mamá me ha cosido el agujero del pantalón. Se hace un silencio sepulcral que no sé por qué calma el ambiente y hace que Victoria retome la palabra.
 La indica cómo colocar los dedos.
 

Pablo está a punto de llorar porque quiere cogerlo. Le digo al oído la estrcutura para sustituir el llanto por el lenguaje verbal. Habla poco y bajiyo porque muchas veces no se siente escuchado: ¡vamos a ver si ahora lo conseguimos!
Lucía: Pablo, diles ¿me lo dejáis?
Victoria: Ahora le toca a Pablo, que tiene muchas ganas.
(¡¡¡ha funcionado!!!)
 
 Victoria le explica cómo cogerle y se le pide para que lo vea, pero Pablo llora porque quiere seguir probando sin explicaciones. Ahora tendremos que esperar a que se le pase y retomar el pedir hablando. Lo hizo, y muy bien.
 
 Mientras a Pablo se le pasa el cabreo alguien descrubre un botecito en un bolsillo y Victoria grita y suplica que no se puede abrir.
Victoria: Es para que suene el arco bien. No se abre. Lo tiene que hacer mamá.

 
 Les cuesta colocar los objetos (violín y arco) por su cuerpo (qué lado del cuello, hacia dónde el brazo, los dedos...), es un lío hasta para mi. La explicación verbal de Victoria tampoco me sirve para ayudar a los demás así que sólo se pone de modelo y voy copiando la postura y el agarre para ir colocándoselo a todos. Lo que han sentido cada uno de ellos se describe muy bien con la cara de Julia.
No sé vosotros qué leéis en su cara pero para mi había mucha paz, escucha, espera... ¡sólo cosas buenas!

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